lunes, 15 de octubre de 2012

Aprendiendo a través del juego

El juego  es el modo en que tiene el niño de pensar, probar, relajarse, trabajar, recordar, competir, investigar, crear, ensimismarse, es la manera que tiene de vivir y entender al mundo que lo rodea. En esta actividad lúdica, el niño puede acometer tareas cada vez más difíciles que potencian su desarrollo.
Es un método perfecto de investigación pues en el puede combinar y probar sin compromiso. No tiene miedo al fracaso.


En los dos primeros años los juegos de los niños son sensoriomotores (tocar…), es a partir de esta edad y hasta los siete años que se desarrolla el juego simbólico . Este juego al principio insta de forma diferida su propia conducta (finge dormir), luego proyecta esquemas simbólicos sobre objetos (hacer dormir al osito), más tarde asimila un objeto a otro (caja de cartón como camión), hasta imitar a otras personas. El juego simbólico es el origen de la expresión dramática.

Con la edad los juegos se van haciendo más colectivos y con una mayor preocupación por la imitación exacta de lo real llegando al juego simbólico de roles (a partir de los siete años) donde los papeles se reparten. Este tipo de juego es social y cooperativo, de reconstrucción de papeles del adulto y sus interacciones sociales. Aparecen pequeñas tramas arguméntales (yo soy el papá, tu la mamá…) y las primeras formas de expresión dramática infantil donde se establecen convenciones para crear ficción.
Todo esto nos permite concluir que con el juego dramático empleado como recurso pedagógico o en su más amplio sentido, no vamos a hacer nada que el niño no haga de forma espontánea y que le sirve de conocimiento y desarrollo en todos los ámbitos de su persona.

Los beneficios de los juegos en los niños son infinitos. Por una parte, jugar es una manera segura que tienen los niños para expresar las emociones que no pueden verbalizar. En el juego los niños crean mundos imaginarios en donde ellos pueden ser quienes quieran que sean. También es un medio sumamente efectivo para enfrentar sus medios o drenar sus molestias. Jugar puede ayudar a un niño a enfrentar cambios en su vida, como el nacimiento de un nuevo bebé, separación de los padres u otros. Jugar les permite aprender a llevarse con otras personas, aprender a cooperar, compartir, interactuar, conversar, jugar es su primera forma de aprender, de descubrir y razonar, en resumen, a desarrollarse como personas.

Nosotros los docentes, debemos aprovecharnos de esta maravillosa oportunidad, y ponerla en práctica en nuestra aula con nuestros alumnos, permitiendo así, que  este método de desarrollo, el juego, no se pierda, pues es un elemento valiosísimo para el desarrollo de su  personalidad.

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