miércoles, 19 de octubre de 2011

El niño popular y líder


por Bernabé Tierno

Una de las primeras características del niño popular y bien integrado en su grupo es el gozar de un alto nivel de autoestima.

Para ser aceptado por los demás y ser tenido como líder, es necesario dar una imagen de seguridad y de firmeza y tener ideas muy claras sobre lo que se ha de hacer y lo que no se ha de hacer y cuál es el camino a seguir.

Esta clara sensación de seguridad, que caracteriza al niño popular, se manifiesta también con toda evidencia en un estado de felicidad total y de complacencia en los propios actos.

Buen observador

Otra cualidad muy destacada en el niño popular, bien integrado, aceptado y casi aclamado por sus propios compañeros, es la de hacerse rápidamente una idea clara de las personas que acaba de conocer. Es decir, que intenta formarse una primera impresión básica del otro niño para saber a qué atenerse y cómo comportarse. Para ello escucha sus palabras, estudia sus gestos, su voz, sus actitudes, su timidez o su valentía.

Basándose en las conclusiones a que ha llegado tras la primera impresión, responde a las acciones y conductas de manera inteligente. Prueba conductas que agraden y refuercen las actitudes positivas del interlocutor y trata de averiguar el agrado o desagrado en las expresiones y sentimientos de los demás. Si no obtiene los efectos deseados, el niño popular interpreta de inmediato los deseos y gustos de su oponente y corrige sobre la marcha.

Este tipo de niño actúa casi siempre de manera muy inteligente, ya desde los primeros encuentros, pues con todas las pistas que ha encontrado sobre el sujeto que acaba de conocer, en breves instantes se ha formado una imagen exacta de su personalidad y se ha trazado un rápido plan de acción.

Estas habilidades sociales que permiten a un niño «caer bien» a los demás hasta convertirse más tarde en popular y líder, en parte son innatas y vienen dadas por la simpatía natural, el atractivo físico, las aptitudes intelectuales, etc. Pero en mayor medida son adquiridas desde el nacimiento.

Hacer amigos

El niño popular es sobre todo un niño que sabe hacer amigos, y ya decíamos al principio que la imagen que tiene de sí mismo juega un papel importantísimo. Pero sabemos que esa auto imagen está formada por lo que los demás ven realmente en él y por lo que él mismo piensa que ven.

Si los padres, amigos, hermanos y familiares le han aceptado desde su infancia y le han sabido valorar y reconocer sus cualidades en lugar de recalcarle a cada momento lo defectuoso y limitado que es. Sin duda su nivel de autoestima será bueno y no tendrá graves dificultades en hacer amigos y el pensar que si en su entorno más próximo se le acepta, no hay razones por las que no se le deba aceptar socialmente.

Por el contrario, si en el círculo familiar y escolar se socava la seguridad en sí mismo con constantes críticas y rechazos y se le hace sentir poca cosa, inepto e inferior, la imagen pobre de sí mismo que ha ido formando, le hará comportarse ante los demás de manera insegura, angustiada y a la defensiva. No se encontrará a gusto consigo mismo, tendrá graves dificultades para relacionarse con otras personas y se sentirá totalmente incapaz de hacer amistades.

El niño líder y popular que sabe ganarse amigos es afectuoso y comprensivo, pero jamás se deja pisar y sabe ser fuerte y firme haciéndose respetar. Es esa fe en sí mismo y el saber respetar y exigir respeto lo que le hace verdaderamente popular y digno de confianza para la gran mayoría de sus compañeros y familiares.

Pautas a seguir

Para que el niño llegue a ser popular y líder:

1. Jamás hagas críticas destructivas y negativas sobre el comportamiento del niño. Esté muy atento a alabar y reconocer cuanto tenga digno de alabanza.

2. Enséñele a ver las cosas desde el punto de vista de los demás. Que aprenda a ver las razones que pueden haber inducido a sus amigos a comportarse de esta o aquella manera.

3. Hágale ver que somos humanos, con defectos; que todos nos equivocamos y que es bueno ser tolerantes en ocasiones y darles a los demás la oportunidad de intentarlo de nuevo.

4. Hágale demostraciones y enséñele con ejemplos las diferentes maneras de comportarse socialmente. Por ejemplo, cómo comportarse cuando llegan invitados.

5. Enseñe a su hijo los criterios por los que las personas se sienten atraídas. La proximidad proporciona una excelente oportunidad de hacer buenos amigos.

Retrato robot

Se muestra interesado por los demás, es sensible y fuerte al mismo tiempo y sobre todo generoso y magnánimo con los demás.

Es abierto, claro y directo en sus expresiones. Siempre dice lo que piensa. Es más bien activo y sobre todo participativo y necesita el contacto social.

Ayuda a los demás y les presta atención, aprobación y afecto. Es un poco paternal defensor del débil e intransigente y duro con los hipócritas y los que se aprovechan de su superioridad.

Es muy sensible a las propuestas sociales, al sacrificio por causas justas, al dolor y a la opresión.

Siempre es un fiel compañero que jamás falta a su palabra. Poder contar con su amistad es un valor seguro.

Siempre tiene a mano “alternativas” para sus acciones. El auténtico líder raramente recurre a los puños. Es psíquicamente muy fuerte y se apoya sobre todo en razones. Un auténtico líder no es fanfarrón No necesita serlo. La fanfarronería es la muestra más clara de inseguridad y debilidad.

Es bastante sereno y sabe ver las cosas desde el punto de vista de los demás. Sopesa cuidadosamente las razones de las conductas ajenas.

Siempre encuentra una solución a las situaciones problemáticas Mientras los demás se quedan bloqueados y sin saber qué hacer ante un problema del tipo que sea, el niño líder no tarda en encontrar con gran habilidad y sensibilidad una alternativa válida.

Sabe mantener la calma y contagiar la tranquilidad a los demás. Hay una fuerza que dimana de su interior que transmite seguridad y gran confianza a los demás sin llegar a proponérselo.

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