¿Qué hacemos ante…?
Las rabietas
El caso Las rabietas
son uno de los problemas con los que frecuentemente se encuentran los
profesores de educación infantil. Algunos niños reaccionan con fuertes gritos y
pataleos ante pequeñas frustraciones.
Estas reacciones
perturban la marcha de la clase y aumentan el nivel de tensión de los
educadores por lo que es importante aprender a controlarlas.
Álvaro es el menor
de cuatro hermanos y sus padres le han mimado en exceso, consintiéndole todos
sus caprichos. Es un niño sociable y mantiene buenas relaciones con sus
compañeros.
En el colegio son
frecuentes sus rabietas. Cuando tiene que repetir una ficha porque se ha
equivocado se pone a llorar y a dar patadas en el suelo.
Su profesor intenta
calmarle y explicarle por qué tiene que repetirla pero Álvaro no escucha y comienza
a llorar y gritar más fuerte. Cuando se tranquiliza, normalmente después de
cinco minutos, empieza a hacer la tarea como si no hubiera pasado nada. Sus pataletas
en el recreo y a la hora de comer son numerosas, sobre todo, cuando pierde en
algún juego, quiere el juguete de un amigo o no le gusta la comida.
El profesor de
Álvaro no sabe qué hacer para acabar con las rabietas de su alumno, siempre
intenta razonar con él pero no consigue nada.
Comenta que el
rendimiento escolar de Álvaro es muy bueno pero tiene que aprender a
enfrentarse a pequeños problemas sin llorar ni patalear.
¿Qué podemos hacer?
Seguramente, el
profesor de Álvaro no se haya dado cuenta de que cada vez que su alumno tiene
una rabieta le presta mucha atención.
Para conseguir que Álvaro
deje de tener estas reacciones tenemos que empezar a ignorarle cuando se ponga
a llorar o patalear. No debemos intentar razonar con él cuando esté gritando,
seguiremos con nuestra clase o con lo que estuviéramos haciendo. En el momento que
termine su rabieta podemos comenzar a hacerle caso otra vez, pero no
comentaremos nada de lo sucedido.
Al principio nos
resultará difícil mantener esta actitud porque Álvaro tendrá más rabietas y más
intensas para conseguir llamar nuestra atención. Es importante tener paciencia
y aguantar sus llantos si queremos que este comportamiento termine.
Por otro lado,
cuando Álvaro repita una ficha o se coma el plato que no le gusta sin ponerse a
llorar le diremos lo contentos que estamos con él y le animaremos para que siga
así.
No hay comentarios:
Publicar un comentario