DIFICULTADES DE
CONDUCTA
¿Qué hacemos ante…?
El niño sin amigos
El caso Mario tiene
cuatro años. Es hijo único y vive con sus padres y abuelos. Es un niño
tranquilo y silencioso que se entretiene jugando solo y no causa demasiados
problemas en casa, según le han contado los padres a su profesora.
La maestra está
preocupada porque Mario tiene problemas para relacionarse con los demás niños
de clase. Siempre está a su aire jugando solo y cuando tiene que hacer algún
trabajo en equipo no consigue integrarse. Cuando la profesora pregunta en clase
no se atreve ni a levantar la mano y sus compañeros a veces abusan de él
quitándole sus juguetes y caramelos. Parece incapaz de defenderse.
¿Qué podemos hacer?
La clave del
problema radica en la falta de seguridad que Mario tiene en sí mismo. Por lo
tanto, la actuación irá encaminada hacia reforzar su autoestima. En cuanto el
niño se aprecie a sí mismo, los demás niños lo apreciarán más. En lo que se
refiere a sus miedos infantiles y fobias sociales, no sirve de nada decir al
niño que las sufre que no tiene por qué tener miedo y que no hay motivos para
que lo tenga.
La maestra no debe
ignorar los miedos del niño ni le obligará a la fuerza a enfrentarse con
aquello que teme. Tampoco se burlará de sus miedos ni los ridiculizará.
Respetará sus miedos, aunque sean irracionales. La solución está en hablar con
él de lo divertido que es ir al colegio, jugar con los compañeros...
Debemos procurar
integrarle en pequeños grupos.
Una buena idea
puede ser dejarle que elija con quién se quiere sentar.
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