¿Qué hacemos ante…?
El niño celoso
El caso Luis tiene
cuatro años. Siempre ha sido un niño muy despierto.
Comenzó a hablar
muy pronto y su nivel de vocabulario es muy amplio para un niño de su edad. Es
abierto y comunicativo en clase. Hace nueve meses, según han contado los padres
a la profesora, ha tenido un hermano.
La reacción de Luis
ante su nuevo hermano fue buena. No parecía tener celos, aunque tampoco le
prestaba mucha atención, ya que el pequeño pasaba la mayor parte del día
durmiendo.
Ahora, sin embargo,
en clase está muy irascible. Quiere concentrar toda la atención de la maestra
en él. No permite que los demás niños le roben tiempo de su profesora. Se porta
muy mal y suele acabar las riñas con sus compañeros con una rabieta.
Aunque la profesora
le regaña no consigue nada.
¿Qué podemos hacer?
Los celos aparecen
especialmente hacia los 4 años. A esta edad el niño comienza a percibir a los
otros como rivales. Es posible que los celos aparezcan antes en la vida del
niño, pero es especialmente a esta edad cuando toman cuerpo y crean situaciones
importantes y a veces duraderas.
La maestra debe
tener en cuenta que Luis, a través de sus celos, está reclamando su atención.
No le dará mayor importancia a su irritabilidad, aunque procurará convertir ese
sentimiento negativo en otro positivo. ¿Cómo? Hablando con mucho cariño y demostrándole
que no está abandonado, que en clase está atendido y que en casa con sus padres
también.
Es muy conveniente
que favorezcamos su autonomía mediante ejercicios que, aunque controlados por
la maestra, permitan al niño trabajar autónomamente. Los elogios son una gran
arma para que el niño se sienta seguro. El elogio y, por supuesto, mucho
cariño.
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