¿Qué hacemos ante…?
El niño hiperactivo
El caso Pedro tiene
cinco años y es el tercero de cuatro hermanos de 9,7 y 2 años. Ni su maestra ni
sus padres saben qué hacer con él: es un torbellino. No para quieto ni un
instante, e incluso cuando está sentado se mueve continuamente balanceando los
pies, subiéndose al respaldo de la silla...
Continuamente tiene
que estar cambiando de actividad y cuando se pone a hacer las pequeñas tareas
que le mandan en el colegio se distrae con el vuelo de una mosca. A veces
parece que está en su mundo y no atiende a lo que le pide su profesora.
La maestra se queja
sobre todo de que no atiende y se distrae con cualquier cosa. Además no respeta
las normas de la clase y es incapaz de terminar sus tareas. A veces cuando la
maestra recoge los trabajos que ha mandado en clase, Pedro ni siquiera se ha
molestado en poner su nombre.
Nunca encuentra sus
cosas y siempre tiene que pedir los lápices y cuadernos prestados.
La verdad es que
Pedro odia ir al colegio, no se lleva bien con sus compañeros pues a menudo
pierde el control y les pega. Además éstos le acusan de que no sabe respetar
las reglas de los juegos ni respetar el turno de los demás.
¿Qué podemos hacer?
La hiperactividad
es uno de los problemas que aparecen con frecuencia en la edad preescolar.
Suele afectar en torno a un 4 o 5 por ciento de la población y, curiosamente,
su incidencia es tres o cuatro veces mayor en los niños que en las niñas.
La maestra debe empezar
por prestarle mayor atención, darle instrucciones personales muy precisas y
motivar y estimular las acciones encomendadas. Resulta también importante no
pedirle varias cosas al mismo tiempo, estimular positivamente sus logros y
manifestarle interés y afecto. Hay que implicarle en juegos y actividades de
grupo exigiéndole que respete las normas.
Es muy interesante
utilizar algún reto para manejar técnicas de relajación y de autocontrol. Con
ellas, por ejemplo, el niño se dará instrucciones en voz alta como forma de
controlar su comportamiento diciendo: “Tengo que copiar este dibujo... Tengo que
ir despacio y con cuidado... ahora voy a trazar la línea de arriba... luego la
de abajo... bien, lo estoy haciendo bien...me he equivocado y debo ir más
despacio... eso está mejor... se acabó, ya lo he hecho...” La maestra
aconsejará a los padres a que trabajen ellos también en esa dirección.
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