lunes, 15 de octubre de 2012

JUVENTUD PERDIDA: INTOLERANCIA, DROGAS Y DISPLICENCIA

En los últimos años el auge de las drogas licitas e ilícitas entre los jóvenes entre los 12 y 18 ha prendido las alarmas en muchos de los entes de poder del país, pero poco o nada se hace para frenar esta gran crisis que conlleva a mayor violencia, embarazos a temprana edad, falta de cultura y educación, riñas, ebrios al volante y una increíble perdida de esperanza en el futuro de Colombia.

El gran boom de demanda de tabaco y alcohol y de drogas ilícitas desde el interior de los mismos colegios y universidades va de la mano de un gobierno trastornado mentalmente y enfocado en anuncios y más.... anuncios, enfocado en resolver problemas de forma conforme a un país subdesarrollado y no los problemas de raíz o de fondo como el caso de la educación, como semilla y espíritu potencial en busca de que los ciudadanos conozcan, por lo menos, sus deberes y derechos y no se limiten a protestar por facebook, twitter o a través de los chismes o comentarios entre pares.

Lamentable la gran debacle de valores, principios y cultura por la que atraviesa la juventud y a la mayoría del país le importe un pepino porque como importa más la pelea entre Santos y Uribe, el chisme de farándula para comentarlo o la eliminación del Barcelona o el Real Madrid.

Colombia no se desarrolla y evoluciona sino es de la mano de 45 millones de habitantes que deberían velar por la protección de los derechos y contribuyendo siendo parte de la solución y no del problema, porque en éste país se entiende que por elegir cierto gobernante las cosas mejoran o empeoran, a sabiendas que debería entenderse que el político está de paso y el pueblo continua en marcha.

Volviendo al problema de las drogas, es un tema bastante sensible que no solo se soluciona con intervención del gobierno sino principalmente de los padres de familia que deben ser comprometidos con la educación de sus hijos enseñándoles a pescar a su debido momento, buscando disciplinar en medio de reglas de convivencia, de tal manera que no se estrellen con la realidad de manera abrupta.

Las últimas semanas los casos de intolerancia o bullying (acoso escolar) han vuelto a ser noticia en los medios de comunicación, a razón de fuertes peleas o riñas entre estudiantes en algunos colegios del país, como por ejemplo, el caso del niño muerto en Itagüí, Antioquia, en razón de una fuerte golpiza por parte de sus compañeros, casos lamentables que evidencian el desequilibrio en el desarrollo de muchos jóvenes.

Es importante tener de presente que en una sociedad como la colombiana deberían ser protagonistas de portada los padres de familia que son los directos responsables de guiar a sus hijos con el ejemplo y no solo con palabras, además, podríamos decir, que en un porcentaje mayoritario son los directos responsables de entregar a la sociedad delincuentes o personas de bien.

En muchos casos se agotan las excusas cuando se dice que es difícil educar a un niño en medio de circunstancias de violencia o de malas influencias, que están proliferando como verdaderas masas generadoras de terror y miedo en las comunas de las principales ciudades del país, pero cuando la personalidad y el carácter se blindan y se cultivan para decir NO, estaremos ad portas de niños y jóvenes que valen la pena para un país como Colombia que se contenta con liderar el ranquin de felicidad en el mundo pero le da la espalda a índices de educación, salud, infraestructura, transparencia, los cuales lideramos, pero de abajo hacia arriba. Juan Manuel Serrano Gómez. ET

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