¿Qué hacemos ante…?
El niño que habla rápido
El caso El ritmo
juega un papel fundamental en la comunicación oral. A veces nos encontramos con
personas que hablan a tanta velocidad que apenas entendemos lo que dicen, o tan
despacio que cuando terminan de hablar no recordamos lo que dijeron al
principio.
Rocío tiene cuatro
años y es la tercera de cinco hermanos. Su rendimiento escolar es bueno y tiene
muchos amigos en clase.
Es una niña muy
expresiva y comunicativa. Sin embargo, tiene la costumbre de hablar muy rápido,
por lo que a veces es complicado entenderla.
Parece que no se da
cuenta de la velocidad a la que habla, porque si le pedimos que repita lo que
ha dicho utiliza un ritmo más lento.
Los lunes, a
primera hora, todos los alumnos cuentan lo que han hecho durante el fin de
semana. A Rocío le encanta este momento de la semana aunque le cuesta escuchar
a sus compañeros. Está más pendiente de lo que va a decir y no es capaz de
respetar los turnos de palabra.
Cuando se produce
algún acontecimiento nuevo en clase como la preparación de una salida escolar,
Rocío se pone muy nerviosa. En estas situaciones, además de hablar deprisa no
suele terminar el final de las frases resultando difícil comprenderla.
Los padres de Rocío
comentan que su hija no para de hablar. Les cuenta detalladamente lo que hace
en el colegio y les pregunta todo lo que se le ocurre. Ellos están habituados a
que Rocío hable muy rápido y no tienen problemas para entenderla.
¿Qué podemos hacer?
Para ayudar a que
Rocío sea consciente de su ritmo de habla tenemos que trabajar con ella dentro
de un contexto lúdico y relajado. Debemos procurar que hable más despacio y
para ello podemos grabarla y que ella escuche sus palabras.
Hay muchos
ejercicios que trabajan el ritmo adaptados a niños de tres a seis años. Uno de
los más sencillos es utilizar una canción para que los alumnos sigan el ritmo
con palmadas. Esta actividad, además de ser divertida, puede ayudar a Rocío a
mejorar su forma de hablar.
También es
importante enseñar a nuestra alumna ejercicios de relajación y control de la
respiración.
Por otro lado,
Rocío se beneficiará mucho de las oportunidades que le brindemos para hablar en
público y recitar poesías. Durante estas actividades tenemos que animarla para
que hable despacio y claro, siguiendo un ritmo.
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