martes, 17 de mayo de 2011

¿Qué hacemos ante…? El niño que habla rápido


¿Qué hacemos ante…? El niño que habla rápido

El caso El ritmo juega un papel fundamental en la comunicación oral. A veces nos encontramos con personas que hablan a tanta velocidad que apenas entendemos lo que dicen, o tan despacio que cuando terminan de hablar no recordamos lo que dijeron al principio.
Rocío tiene cuatro años y es la tercera de cinco hermanos. Su rendimiento escolar es bueno y tiene muchos amigos en clase.
Es una niña muy expresiva y comunicativa. Sin embargo, tiene la costumbre de hablar muy rápido, por lo que a veces es complicado entenderla.
Parece que no se da cuenta de la velocidad a la que habla, porque si le pedimos que repita lo que ha dicho utiliza un ritmo más lento.
Los lunes, a primera hora, todos los alumnos cuentan lo que han hecho durante el fin de semana. A Rocío le encanta este momento de la semana aunque le cuesta escuchar a sus compañeros. Está más pendiente de lo que va a decir y no es capaz de respetar los turnos de palabra.
Cuando se produce algún acontecimiento nuevo en clase como la preparación de una salida escolar, Rocío se pone muy nerviosa. En estas situaciones, además de hablar deprisa no suele terminar el final de las frases resultando difícil comprenderla.
Los padres de Rocío comentan que su hija no para de hablar. Les cuenta detalladamente lo que hace en el colegio y les pregunta todo lo que se le ocurre. Ellos están habituados a que Rocío hable muy rápido y no tienen problemas para entenderla.

¿Qué podemos hacer?

Para ayudar a que Rocío sea consciente de su ritmo de habla tenemos que trabajar con ella dentro de un contexto lúdico y relajado. Debemos procurar que hable más despacio y para ello podemos grabarla y que ella escuche sus palabras.
Hay muchos ejercicios que trabajan el ritmo adaptados a niños de tres a seis años. Uno de los más sencillos es utilizar una canción para que los alumnos sigan el ritmo con palmadas. Esta actividad, además de ser divertida, puede ayudar a Rocío a mejorar su forma de hablar.
También es importante enseñar a nuestra alumna ejercicios de relajación y control de la respiración.
Por otro lado, Rocío se beneficiará mucho de las oportunidades que le brindemos para hablar en público y recitar poesías. Durante estas actividades tenemos que animarla para que hable despacio y claro, siguiendo un ritmo.

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