Aun cuando el niño con ADHD quiere ser un buen estudiante, su comportamiento impulsivo y su incapacidad para concentrarse o para prestar atención en clase con frecuencia interfiere y le causa problemas. Los maestros, los padres y los amigos saben que el niño "se está portando mal" o que "es diferente", pero no saben exactamente qué es lo que está mal.
Cualquier niño puede no prestar atención, distraerse con facilidad, actuar de manera impulsiva o ser hiperactivo a veces, pero el niño con ADHD muestra estos síntomas y este comportamiento con mayor frecuencia y severidad que los otros niños de su misma edad o nivel de desarrollo. El ADHD ocurre en 3-5% de los niños de edad escolar. El ADHD tiene que comenzar antes de los 7 años de edad y puede continuar hasta que el niño llega a ser adulto. El ADHD ocurre en familias, con alrededor de un 25% de los padres biológicos habiendo tenido esta condición médica.
Un niño con ADHD con frecuencia muestra algunas de las siguientes características:
dificultad para prestar atención
falta de atención hacia los detalles y comete errores por ser descuidado
se distrae fácilmente
pierde los materiales escolares y se olvida de entregar la asignación
tiene dificultad para terminar los trabajos escolares y las asignaciones
dificultad para escuchar
dificultad para llevar a cabo ordenes múltiples de los adultos
impulsividad al dejar escapar las contestaciones cuando no se le pregunta
impaciencia
es inquieto o se agita
deja su asiento y corre o trepa de manera excesiva
parece que siempre tiene que estar haciendo algo
habla demasiado y tiene dificultad para jugar tranquilo
interrumpe o se entromete en lo de otros
Al niño que presenta los síntomas del ADHD tiene que hacérsele una evaluación comprensiva. Un niño con ADHD puede tener otros desórdenes psiquiátricos tales como un desorden del comportamiento, desorden de ansiedad, desorden depresivo, o desorden maníaco-depresivo.
Sin el tratamiento adecuado, el niño se atrasa en sus estudios y pierde sus amistades. El niño experimenta más fracasos que éxitos y es criticado por los maestros y familiares que no reconocen su problema de salud.
Las investigaciones demuestran claramente que los medicamentos pueden ser de gran ayuda. Los medicamentos estimulantes tales como el metilfenidato, la dextroanfetamina, y el pemolina pueden mejorar la atención, la habilidad para enfocarse, el comportamiento dirigido hacia metas y las destrezas organizacionales. Otros medicamentos, tales como la guanfacina, la clonidina y algunos antidepresivos pueden también ayudar.
Otro enfoque del tratamiento puede incluir una terapia cognoscitiva y de comportamiento, entrenamiento en las destrezas sociales, entrenamiento de los padres y modificaciones en el programa educativo del niño. La terapia de comportamiento puede ayudar al niño a controlar su agresividad, a modular su comportamiento social y a que sea más productivo. La terapia cognoscitiva puede ayudar al niño a crear autoestima, a reducir los pensamientos negativos y a mejorar las destrezas para resolver problemas. Los padres pueden aprender a manejar las destrezas, tales como el dar instrucciones paso por paso en vez de pedirle varias cosas a la misma vez. Las modificaciones en la educación pueden ser dirigidas hacia los síntomas de ADHD a la vez que hacia las incapacidades de aprendizaje coexistentes.
Un niño que ha sido diagnosticado con ADHD y tratado de forma apropiada puede tener una vida productiva y exitosa. Si el niño demuestra síntomas y comportamiento como los de ADHD, los padres pueden pedirle a su pediatra o a su médico de familia que los refiera a un psiquiatra de niños y adolescentes, quien puede diagnosticar y tratar esta condición médica.
Academia Americana de Psiquiatría
del Niño y del Adolescente.
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